La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA) ha comenzado a aplicar un enfoque más estricto en sus investigaciones de sistemas de conducción automatizada, después de haber sido relativamente indulgente hasta hace poco. Aunque tanto ejecutivos como burócratas han promovido el potencial de esta tecnología para hacer las carreteras más seguras, la NHTSA ha estado recopilando información sobre el desempeño real de estos sistemas en calles y autopistas.
“Está cambiando la comprensión de lo que ocurre con estos vehículos y la disposición a actuar”, afirma Bryant Walker Smith, profesor de derecho de la Universidad de Carolina del Sur, que contribuyó al sistema de clasificación de automatización de conducción usado por la NHTSA y la industria.
DISTRACCIONES EN LA CONDUCCIÓN
La mayoría de los accidentes fueron reportados bajo esta nueva orden, lo que ha aumentado el escrutinio sobre su sistema de asistencia al conductor. El pasado 25 de abril, la NHTSA abrió una investigación para determinar si la retirada del mercado de más de 2 millones de vehículos abordó adecuadamente los riesgos de seguridad que la agencia había identificado en su investigación.
La NHTSA determinó que el sistema no garantizaba que los conductores permanecieran atentos a la conducción y que les inducía a confiar demasiado en sus capacidades. Estos factores llevaron a un mal uso previsible y a accidentes evitables, al menos 13 de los cuales resultaron en uno o más accidentes, según apunta la NHTSA.
Mark Rosekind, quien dirigió la NHTSA durante la administración de Obama, comentó que la revisión de la agencia “muestra que no solo están tomando la retirada al pie de la letra, sino que buscan datos para demostrar su efectividad”.
Philip Koopman, profesor de ingeniería informática en la Universidad Carnegie Mellon y cofundador de la consultora de vehículos autónomos Edge Case Research, señaló que es “plausible” que la NHTSA concluya que el sistema no pueda operar de manera segura en algunos o todos los vehículos, y que necesitará ser desactivado sin una solución efectiva.
Varias empresas han sido criticadas durante años por defensores de la seguridad vial debido a su forma de supervisar si los conductores prestan atención mientras usan sus sistemas de asistencia.
En su resumen de la investigación sobre defectos, la NHTSA catalogó el sistema de monitoreo del conductor como “insuficiente” e “incompatible con las operaciones permisivas” del sistema. Las firmas ubicaron sus cámaras interiores de manera que monitoreban a múltiples ocupantes de los vehículos, previstos para eventualmente convertirse en robotaxis, colocándolas sobre el espejo retrovisor. Una ubicación más adecuada para seguir específicamente a los conductores sería detrás del volante.
A medida que la NHTSA lleva a cabo su última investigación, surge la duda sobre si las compañías necesitarán realizar ajustes de hardware más costosos en sus vehículos para abordar las preocupaciones de la agencia. “Ellos mismos se metieron en este problema”, comentó Koopman, “y ahora deben hacerle frente”.