A pesar de esta preferencia, cada vez más países avanzan hacia una futura prohibición de la venta de vehículos equipados con motores de combustión interna.
La caída del diésel se sigue agudizando. Hace tan solo unos meses conocíamos el dato de que, en la actualidad (segundo trimestre del año), el diésel tiene una participación de mercado en Europa del 18,4%. Hace tan solo un año, todavía poseía el 28% de la cuota de mercado. Sin embargo, y a pesar de todo el ruido, sigue siendo la opción predominante para muchos compradores. Especialmente, entre aquellos que realizan viajes largos en su día a día.
Lo apunta así una encuesta elaborada por HeyCar que ha analizado las nuevas tendencias de movilidad en el sector de la automoción. Como dato ensalzan la preferencia de los usuarios por el vehículo privado tras la COVID-19. Un 47% de los encuestados aseguraron que preferirían viajar al trabajo en coche que por otros medios.
Es aquí cuando HeyCar desvela que entre los conductores que utilizan más el coche en su día a día sigue habiendo una tendencia ascendente por el vehículo diésel. Y, ¿por qué prefieren coches de este tipo de combustión?
- Ahorro de combustible (41%)
- La mejor opción para viajes largos (29%)
- Fiabilidad (26%)
Una tendencia que choca con las nuevas legislaciones
A pesar de ello, el ruido alrededor del diésel sigue siendo muy fuerte. De hecho, cada vez más países están avanzando hacia una futura prohibición de la venta de vehículos equipados con motores de combustión interna.
Por ejemplo, Reino Unido planea adelantar esta prohibición a 2030; en Noruega el Parlamento ya ha aprobado la prohibición de la venta de coches fósiles a partir de 2025; a lo que hay que sumar otros países que se fijan el objetivo para 2030 como Dinamarca, Irlanda, Islandia, Estados Unidos…
Por su parte, España y Francia tienen la meta de la descarbonización fijada en el año 2040. Desde los concesionarios se ha realizado un llamamiento por emprender una transición ordenada y justa que no deje a ningún consumidor atrás.