El interés por los vehículos eléctricos se incrementa aunque aparecen otros riesgos como la subida del precio de la luz o problemas con el níquel para la fabricación de baterías.
El sector del automóvil vive una tormenta perfecta. A los problemas de suministro, la incertidumbre tecnológica y el aluvión de nuevas tendencias, se suman ahora las consecuencias de la Guerra en Ucrania. El incremento de precios de la gasolina ya es una realidad que está llevando a muchos consumidores a mirar hacia el vehículo eléctrico. Pero, ¿qué pasará? Por un lado, se abren nuevas oportunidades para el avance de la electrificación; y por otro, aparecen riesgos que pueden frenar su llegada.
Según Copilot, aplicación de compras norteamericana, tras la explosión del conflicto en Ucrania se está viendo una mayor búsqueda de vehículos eléctricos e híbridos. Sin embargo, indican que este tipo de tecnología también está sufriendo la inflación de precios por lo que el ahorro de combustible podría ser menor al esperado.
Además, otro motivo que indica que los vehículos eléctricos pueden no ser un refugio seguro para quienes buscan ahorrar dinero tiene que ver con las materias primas. Rusia juega un papel importante en la producción del níquel, un material clave para la fabricación de vehículos eléctricos y cuyo precio se disparó incluso más rápido que el petróleo.
El níquel por las nubes
El 25 de febrero, el níquel cotizaba en la Bolsa de Metales de Londres a unos 24.000 dólares la tonelada, según The Wall Street Journal . Para el 8 de marzo, se cotizaba a 80.000 dólares. Sin embargo, según Bloomberg y Reuters , los precios del níquel ya se estaban convirtiendo en un problema para los fabricantes de vehículos eléctricos incluso antes de la invasión.
Por ello, muchos fabricantes ya trabajan en la opción de hacer baterías sin níquel. Volkswagen y otras grandes marcas están buscando otras tecnologías o materiales alternativos como el cobalto.
A este hecho hay que añadirle el incesante crecimiento del precio de la luz. Una barrera que frena al consumidor final. Habrá que ver entonces si el alto precio de la gasolina producen un cambio de tendencia en el consumidor hacia la descarbonización y abraza de forma definitiva al vehículo eléctrico.
