En los últimos años, el mercado de vehículos usados ha experimentado dificultades, ya que la cadena de compra de coches se ha visto comprometida por la crisis de los semiconductores.
Muchos fabricantes de automóviles creían que los problemas ya habían alcanzado su punto culminante y parecía que 2022 sería el año en que las entregas de vehículos recuperarían los niveles anteriores a la crisis. Sin embargo, estos planes se han desbarajustado tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, algo por lo que la industria de la automoción se enfrenta a una crisis mayor mucho más difícil de resolver. Matas Buzelis, experto en automoción y jefe de comunicaciones de la empresa de datos automáticos carVertical, comparte sus opiniones sobre la situación.
Cadenas de suministro dañadas
El experto en la industria de la automoción, Matas Buzelis, remarca que aunque el mercado de coches nuevos de Rusia no es el más grande del mundo, desempeña un papel considerable en la cadena de suministro automovilística.
Rusia exporta componentes valiosos para la industria de la automoción. Alemania, por ejemplo, depende del titanio, el hierro y el paladio de Rusia. Además, con 108 millones de toneladas de mineral de hierro producidas en 2021, Rusia es el quinto productor mundial de este material y proveedor de los fabricantes de acero europeos. Estos últimos ahora se enfrentan a precios más altos y a posibles dificultades a la hora de obtener el metal en otra parte.
La invasión de Rusia también ha afectado a la industria de la automoción en Ucrania. Por ejemplo, los fabricantes de automóviles alemanes, como BMW y Volkswagen usan un gran proveedor ucraniano de arneses de cables. Además, Ucrania es el tercer productor mundial de níquel y aluminio, dos recursos muy valiosos necesarios para los componentes de las baterías y los vehículos eléctricos.
Por último, Ucrania produce casi el 70 % del gas neón mundial necesario para componentes como los microchips, que ya escasean.
Más difícil conseguir un buen coche usado
En 2021, ya era difícil y caro comprar un vehículo usado, y, por cómo pinta la situación, será aún más difícil en 2022. Con un mercado de automóviles usados en auge, los distribuidores de coches usados se enfrentan a la falta de vehículos.
Una de las principales razones de la situación actual es la crisis del mercado de automóviles de primera mano. Los fabricantes están empezando a limitar la producción de vehículos para seguir fabricando en menor cantidad, pero de forma más continuada. Este cambio en la fabricación de vehículos nuevos está ralentizando la entrada de vehículos en el mercado de los coches usados. Por tanto, los propietarios de coches están posponiendo la venta de sus vehículos u optando por no deshacerse de ellos.
«Los interesados en comprar un automóvil de segunda mano ahora tienen ofertas más limitadas y caras en el mercado de vehículos usados. Sin embargo, el suministro limitado de automóviles usados no significa que los compradores deban renunciar a los procedimientos que los protegen contra las estafas. Por el contrario, los compradores deben inspeccionar el historial de cada vehículo usado, ya que la selección es muy limitada», afirma Matas Buzelis.
Como explica el jefe de comunicaciones de carVertical, es probable que los distribuidores de coches usados compren lo que puedan conseguir y no presten tanta atención al estado del automóvil. El riesgo de comprar un coche usado en mal estado puede ser mucho mayor de lo que era hace uno o dos años, por ejemplo.
Precios impredecibles en el mercado de vehículos usados
En 2021, los precios de los coches usados ya habían alcanzado máximos históricos. A pesar de que se estabilizaron e incluso comenzaron a caer hacia finales de año, la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha dado lugar a una situación sin precedentes en el mercado de vehículos usados de Europa del Este.
Durante años, los compradores de automóviles usados de Ucrania acudieron en masa a Polonia, Lituania, Eslovaquia y Hungría. Si bien los automóviles más nuevos contaban con mayor demanda en los mercados internos de estos países, los ucranianos solían comprar muchos coches con más de diez años, especialmente los de motores diésel de bajo consumo aunque «sucios».
Por otro lado, la reducción del flujo de clientes alterará el mercado de vehículos usados en los países que colindan con Ucrania. Es probable que los precios de los automóviles más antiguos disminuyan a medida que los distribuidores intenten mitigar sus pérdidas para adaptarse a la situación actual.
La influencia de los precios de los combustibles
Los precios de los combustibles han superado el umbral de los 2 € por litro en muchos países europeos, lo que ha despertado el interés por cambiar los hábitos diarios.
«El aumento de los precios del combustible hará que algunos conductores usen el coche menos. La gente puede reducir su kilometraje anual optando por el transporte público u otros medios de transporte alternativos. Un menor número de kilómetros se traduciría en un menor número de accidentes, lo que supondría un ahorro de los costes de pisar el acelerador», asegura el experto de carVertical.
Esto reduciría el número de vehículos en la carretera. No obstante, que el precio del combustible sea más elevado también aumenta el interés por los vehículos de bajo consumo.
Por ello, los vehículos con motores diésel pueden cobrar interés, ya que su consumo de combustible en autopista es imbatible. Sin embargo, esta tendencia se limitará a los países sin impuestos sobre vehículos con más emisiones de dióxido de carbono.
El aumento de los precios del combustible animará a la gente a invertir en vehículos eléctricos usados. A pesar del aumento de los precios de la energía, el coste total de propiedad de los coches eléctricos sigue siendo menor, y puede ser aún menor si se utiliza energía solar para cargarlos. Se calcula que la carga con energía solar ahorra entre 600 y 800 € al año.