Aunque el interés por los vehículos eléctricos ha aumentado entre los consumidores, las ventas siguen representando una parte pequeña del mercado general de vehículos ligeros.
Según el estudio más reciente de Ipsos Mobility Navigator, aproximadamente la mitad de los compradores potenciales de los EE.UU. señalan que tendrían en cuenta un vehículo puramente eléctrico en su próxima compra. Este dato ha aumentado considerablemente respecto a 2018 donde esta cifra representaba únicamente el 13%. Las estadísticas, según la investigación, se ven influenciadas según los diferentes tramos de edad.
Por ejemplo, se observa una gran diferencia en el interés por los vehículos eléctricos entre la Generación Y/Z y los Boomers. Casi tres cuartas partes de los consumidores del primer grupo están dispuestos a considerar un vehículo eléctrico de batería para su próxima compra. Sin embargo, este porcentaje en los Boomers no alcanza el 30%.
Así es el perfil de los compradores de vehículos eléctricos
Siguiendo con el estudio de Ipsos Mobility Navigator y teniendo en cuenta la distinción de los públicos entre Generación Y/Z y Boomers, una cosa tenemos clara, y es que las percepciones que tienen ambas audiencias de los vehículos eléctricos es muy diferente.
En concreto, el 63% de los compradores de la Generación Y/Z creen que el coste total de tener en propiedad un vehículo eléctrico a batería es menor que la de un vehículo de gasolina o diésel. Por otro lado, apenas el 24% de los compradores Boomers comparten esa opinión.
Aunque, aspectos como la duración de la batería, el tiempo de carga y el alcance provocan que tanto el público más mayor como los más jóvenes dejen de lado los vehículos eléctricos a la hora de comprar. En este sentido, es fundamental destinar todos los esfuerzos en los concesionarios a potenciar estos aspectos para convertirlos en ventajas.
Además, la investigación recomienda poner especial atención en los Boomers, ya que representan un gran grupo de compradores con afinidad por las marcas principales más establecidas en el mercado. Y, al fin y al cabo, esta peculiaridad puede suponer una ventaja o un inconveniente a la hora de convertirlos en consumidores de vehículos eléctricos.
