Desde que comenzase la crisis sanitaria los concesionarios han ido adaptándose a las diferentes circunstancias para poder cubrir las necesidades de sus clientes respetando todos los protocolos de seguridad derivados de la pandemia
La llegada de la COVID-19 cambió por completo el comportamiento de los consumidores. La imposibilidad de salir de casa salvo para las necesidades básicas hizo que muchos comercios no esenciales tuvieran que reinventarse para poder seguir adelante.
En el caso de los concesionarios se vieron abocados a hacer un esfuerzo para reforzar su canal digital en el momento de confinamiento absoluto para continuar atendiendo a sus clientes y dando respuestas a todas sus necesidades.
Más adelante, ya en las fases de la desescalada, los concesionarios volvieron a mostrar su compromiso con los clientes y empleados estableciendo el sello “Concesionario protegido frente al COVID-19”, que verifica que en ese espacio se siguen todas las medidas de higiene y seguridad previstas en el Protocolo de Protección y Prevención sectorial. Documento que fue elaborado, además de por Faconauto, por Anfac, Sernauto, UGT y CC. OO, con la supervisión del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y la aprobación del Ministerio de Sanidad.
Nuevas formas de entrega
Los concesionarios continúan reinventándose y adaptándose al nuevo panorama que está dejando la crisis sanitaria. Por ejemplo, la valenciana DS Automobiles ofrece a sus clientes el servicio DS Valet. Este da la posibilidad de entregar o recibir un vehículo, tanto nuevo como de ocasión o servicio posventa; con todas las garantías higiénicas y sanitarias sin acudir físicamente a la concesión.
También Niw.es, la plataforma digital de compra de coches de concesionarios de menos de 5 años, ofrece a sus clientes la opción de entregarles el vehículo en su domicilio o en cualquier otro punto, cuidando todas las medidas de seguridad.
La crisis provocada por el coronavirus ha cambiado la forma de consumir y el comportamiento del consumidor. Por ello es vital, para no quedarse atrás, ir adaptando las estrategias a estas nuevos comportamientos y necesidades.