A medida que los fabricantes chinos continúan innovando y expandiéndose a un ritmo acelerado, y con el respaldo de políticas claras del gobierno, es probable que su ventaja competitiva siga creciendo.
En los últimos años, los fabricantes de automóviles chinos han ganado una parte significativa del mercado global, destacándose por ofrecer vehículos no solo tecnológicamente competitivos, sino también a precios considerablemente más bajos que los de sus competidores occidentales y japoneses. Este fenómeno ha despertado interés y debate en la industria automotriz, con muchos atribuyendo este éxito a las subvenciones directas del gobierno chino. Sin embargo, la realidad detrás de los precios bajos de los automóviles chinos es más compleja, impulsada por una combinación de eficiencia en la producción, control de la cadena de suministro, innovación tecnológica y políticas gubernamentales estratégicas.
Una de las principales razones detrás de los costos reducidos de los vehículos chinos, especialmente los eléctricos (EV), es el enfoque de los fabricantes en la eficiencia de producción. Empresas como BYD y Nio han adoptado estrategias innovadoras para simplificar la fabricación de sus vehículos, lo que ha reducido los costos de manera significativa. Esto quedó demostrado en un desmontaje del modelo Atto 3 de BYD, realizado por fabricantes de autopartes japonesas en una escuela de la región de Chubu, Japón. Durante este proceso, se reveló que el Atto 3 integra múltiples componentes en una sola unidad, como su sistema de transmisión eléctrica e-axle, que combina motor, inversor, reductor, cargador y otros elementos esenciales en un solo sistema. Este diseño no solo reduce los costos de producción, sino que también disminuye el peso del vehículo, aumentando su eficiencia.
Además, los fabricantes chinos se benefician de la producción interna de componentes clave, lo que minimiza la dependencia de proveedores externos. Empresas como BYD producen sus propias baterías, lo que les permite controlar la calidad y los costos, y lograr economías de escala más rápidamente que muchos de sus competidores internacionales. El enfoque en la producción en masa también se ve reforzado por las altas ventas nacionales, con BYD vendiendo más de 300.000 unidades de su modelo Atto 3 para marzo de 2023. La capacidad de compartir componentes entre múltiples modelos de vehículos genera aún más ahorros de costos.
Otra ventaja competitiva importante de los fabricantes chinos es su control sobre la cadena de suministro. La industria automotriz de China se beneficia de una cadena de suministro altamente desarrollada y localizada, lo que permite a los fabricantes obtener casi todos los componentes necesarios dentro del país. Esto no solo reduce los costos de transporte y logística, sino que también otorga a los fabricantes mayor poder de negociación con los proveedores.
Además, las empresas chinas están profundamente integradas en la cadena de suministro global de baterías, un componente crucial para los vehículos eléctricos. BYD, por ejemplo, produce sus propias baterías, lo que reduce los costos asociados a la importación o la externalización de la producción de baterías. Al integrar verticalmente estos procesos, los fabricantes chinos pueden ofrecer precios competitivos en el mercado global mientras mantienen la rentabilidad.
Si bien la eficiencia en la producción y el control de la cadena de suministro son fundamentales, no se puede ignorar el papel del apoyo gubernamental en la capacidad de los fabricantes chinos para mantener bajos los costos. El gobierno chino ha apoyado durante mucho tiempo a industrias clave a través de subsidios, rebajas fiscales y políticas financieras favorables. No obstante, estos subsidios son más complejos de lo que algunos críticos sugieren.
De acuerdo con datos proporcionados por Nikkei Asia, los fabricantes de automóviles chinos se benefician más de las rebajas fiscales que de las subvenciones directas. Por ejemplo, BYD recibió 37.100 millones de yuanes en reembolsos fiscales durante un período de cinco años, casi cuatro veces la cantidad de las subvenciones directas que recibió. Estas rebajas fiscales suelen estar vinculadas a las exportaciones, lo que ayuda a los fabricantes chinos a mantener su competitividad en los mercados internacionales. Los exportadores a menudo son reembolsados por el impuesto al valor añadido (IVA) sobre las materias primas y componentes, lo que permite a las empresas reducir sus costos operativos sin recibir pagos en efectivo directos.
El gobierno chino también apoya a la industria ofreciendo préstamos a tasas de interés más bajas, lo que permite a las empresas invertir en tecnología y producción sin incurrir en grandes cargas financieras. En muchos casos, las empresas chinas pueden obtener préstamos bancarios a largo plazo a tasas de interés más bajas que el promedio del mercado. Este apoyo financiero permite a los fabricantes mantener una producción estable y expandirse sin el impacto de altos costos de capital.
APUESTA POR LA INNOVACIÓN
Además del apoyo gubernamental y los procesos de producción eficientes, los fabricantes de automóviles chinos están aprovechando la innovación para reducir costos. El desarrollo rápido de baterías de estado sólido, por ejemplo, ha sido una prioridad tanto para el gobierno como para los fabricantes. Esta tecnología promete reducir aún más los costos de producción mientras mejora la autonomía y la seguridad de los vehículos.
China también ha invertido miles de millones de yuanes en investigación y desarrollo (I+D) para nuevas tecnologías, como los semiconductores y las baterías, lo que desempeña un papel vital en la reducción de costos. La estrategia del gobierno es reducir la dependencia de la tecnología extranjera y asegurar una ventaja competitiva a nivel global. Como resultado, los fabricantes chinos pueden ofrecer vehículos con tecnología punta a una fracción del costo de sus competidores occidentales o japoneses.
Los precios más bajos de los vehículos chinos, especialmente en el sector de los EV, no son solo el resultado de las subvenciones gubernamentales. Aunque el gobierno chino ha brindado apoyo crucial a través de rebajas fiscales e incentivos financieros, la verdadera razón detrás de la competitividad de estos fabricantes radica en las innovadoras estrategias adoptadas. Desde la integración de componentes hasta la localización de las cadenas de suministro y el aprovechamiento de economías de escala, los fabricantes chinos han desarrollado un enfoque integral que les permite ofrecer precios competitivos en el escenario global.
En definitiva, el precio competitivo de los vehículos chinos es el resultado de una combinación compleja de dinámicas de mercado, eficiencias de producción y un apoyo gubernamental estratégico. A medida que los fabricantes chinos continúan innovando y expandiéndose a un ritmo acelerado, y con el respaldo de políticas claras del gobierno, es probable que su ventaja competitiva siga creciendo, desafiando a los fabricantes automotrices tradicionales tanto en precio como en tecnología.